viernes, 9 de agosto de 2013

¡Dios es el Espíritu del Amor! Es el Gran Espíritu, el Creador. No es ningún anciano de barbas que vive por allá lejos quién sabe donde, ni ninguna especie de monstruo feroz que no acertamos a comprender, sino la verdadera Fuerza Fundamental y Luz Guiadora del universo, el Espíritu todopoderoso, omnipresente, omnisciente y omnipotente que lo llena todo. En cierto sentido, El lo es todo, y todo es Dios (Hch.17:28; Col.1:16,17) Dios mora en la vida. ¡El vive más en un pequeño gorrión que en todo un mundo lleno de edificios y monumentos dedicados a El! "¡Si bien el Altísimo no habita en templos hechos de mano!" (Hch.7:48) ¡El dijo que ni los Cielos de los Cielos podrían contenerle! Así y todo, el Alto y el Sublime habita en el corazón del manso y del humilde. ¡El anidará dentro de tu propio corazón si le pides que viva en él! (Isa.57:15) El está en todas partes, es el Amor. ¡Es el mismísimo Espíritu de Amor que llevas en el corazón! Está dentro de ti, muy unido a ti. ¡Dondequiera que estés, allí está Su amor, siempre que lo pidas! "Si subiere a los Cielos, ¡allí estás Tú! Y si descendiere a lo profundo del Infierno, ¡allí Tu estás! En dondequiera que esté, ¡tú me acompañas! ¡Jamás podré apartarme de Tu Espíritu!" (Sal.139:7-12)

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